En la década de 1980, una época marcada por la fiebre de los juguetes y las animaciones que acompañaban a estas creaciones, surgió un fenómeno que cautivó la imaginación de niños de todo el mundo: los Dino-Riders.
Producida por la juguetera TYCO, esta línea de juguetes y la serie de televisión que la acompañó ofrecieron una experiencia única al transportar a los jóvenes a un mundo donde la tecnología futurista se encontraba con la majestuosidad de los dinosaurios.
La historia:
Como era habitual en los 80’s y 90’s, cualquier línea de juguetes se creaba junto a una historia explicada a través de una serie de animación o comics.
TYCO lanzó la serie de televisión animada de 14 episodios «Dino-Riders». La trama llevó la premisa de los juguetes al siguiente nivel, sumergiendo a los espectadores en una narrativa fascinante.
La historia sigue a los Valorians, una raza pacífica y avanzada tecnológicamente, y a los Rulons, un grupo de malévolos monstruos humanoides, quienes son transportados accidentalmente al pasado prehistórico de la Tierra durante una batalla. Ambas facciones, al percatarse de la abundancia de dinosaurios, deciden reclutar a estas criaturas como aliadas en su conflicto intergaláctico.
Los Valorians controlan el poder de la telepatía, así son capaces de comunicarse con los dinosaurios, y a través de la amistad y la confianza son capaces de aliarse con las bestias y cooperar. Por el otro lado, los malvados Rulons utilizan un casco de control mental con el que pueden controlar y esclavizar a los dinosaurios para usarlos en su guerra contra los Valorians.
A lo largo de la serie, los Valorians y los Rulons luchan encima de estos dinosaurios armados, enfrentándose en batallas épicas. Igual que toda serie ochentera, la serie tocaba temas como la amistad y la lealtad.
Además de la serie de animación, también se crearon unos comics que ampliaban la historia sobre las batallas entre Valorians y Rulons. Una colección de comics producida por Marvel más unos comics que se incluían dentro de las figuras de dinosaurios.
Los juguetes:
Lanzados por la empresa Tyco Toys en 1988, los Dino-Riders no eran simplemente figuras de acción, sino una combinación ingeniosa de dinosaurios y guerreros equipados con avanzada tecnología.
Cada figura venía acompañada de un dinosaurio gigante, y los juguetes estaban diseñados para permitir que los personajes se montaran y se vincularan con sus bestias prehistóricas, incluso alguno de ellos estaban motorizados y caminaban.
En el proceso de creación de los dinosaurios, TYCO colaboró con la «Smithsonian Institution» para hacer los dinosaurios lo más parecidos posible a su versión real, convirtiendo así a los juguetes Dino-Riders en una de las pocas líneas validadas por un grupo de paleontólogos. Tan realistas quedaron las figuras que los mismos dinosaurios se vendían en los museos de la «Smithsonian Institution», eso sí, sin armadura ni figuras de acción.
Los dinosaurios, armados con armaduras y armas futuristas, no solo eran criaturas imponentes, sino también vehículos de combate que transportaban a los valientes Dino-Riders hacia emocionantes batallas. Esta fusión de elementos prehistóricos y futuristas no solo despertó la curiosidad de los niños, sino que también ofreció una nueva perspectiva sobre la historia y la tecnología.
A pesar de su breve duración tanto en términos de juguetes como de serie de televisión, los Dino-Riders dejaron un impacto duradero en los niños de su época. La combinación única de dinosaurios, tecnología avanzada y narrativas épicas atrajo a una generación de niños que aún hoy recuerdan con cariño sus aventuras prehistóricas.
El coleccionismo de juguetes Dino-Riders se ha convertido en un pasatiempo para adultos nostálgicos que buscan revivir la magia de su infancia. Además, la serie animada sigue siendo recordada como un ejemplo de cómo la creatividad puede transformar incluso las premisas más inverosímiles en experiencias inolvidables.